La producción de alimentos animales emite mucha más cantidad de gases de efecto invernadero que otros como frutas, verduras, cereales o legumbres. Reduciendo nuestra ingesta de carne podemos reducir hasta 190 kgCO2 al año.
Es importante conocer qué frutas y verduras hay en cada temporada y, además, priorizar las que sean cultivadas en nuestro territorio o territorios cercanos. Hablando con la dependienta o el dependiente de nuestra frutería y eligiendo conscientemente, podemos ahorrar hasta 250 kgCO2 al año.
Los productos desechables significan consumir energía y recursos con muy poca vida útil. Además, pueden provocar otros problemas medioambientales como la gestión de residuos. Usar bolsas de tela y comprar productos no embalados puede reducir hasta 39 kgCO2 al año.
El desperdicio alimentario supone un gran impacto en el medio ambiente y una enorme pérdida de los recursos necesarios para su producción: agua, superficie agrícola y energía. Planear bien las comidas y las compras, hacer cocina de aprovechamiento o incluso promover compostadoras comunitarias son formas de reducir nuestro desperdicio alimentario y reducir 285 kgCO2 al año.
Separar los residuos para facilitar su posterior reciclado significa reducir el trabajo de extracción, transporte y elaboración de nuevas materias primas. Reciclando disminuimos la presión sobre los recursos naturales, ayudamos a proteger el clima y podemos ahorrar 170 kgCO2 al año.
Usar el lavavajillas en lugar de fregar a mano, el microondas en lugar del horno, tener la nevera a 5ºC y el congelador a -18ºC, cocinar con las ollas tapadas, usar la olla a presión… todo ello puede hacer que ahorremos hasta 20 kgCO2 al año.
Ajustar la calefacción a 21º-22º y la refrigeración a 24º-26º, evitar fugas de calor o frío por ventanas o puertas, priorizar el ventilador en lugar del aire acondicionado… todo ello puede hacernos ahorrar hasta 32 kgCO2 al año.
Los consumos stand-by, fantasma o no útiles pueden suponer entre un 2 y un 10% del consumo de una casa. Poner regletas para ayudarnos a apagar varios aparatos cuando no los utilizamos o programar el router para que se apague cuando estamos durmiendo puede hacernos ahorrar hasta 26 kgCO2 al año.
Recuerda que los cambios colectivos tienen mayor impacto, ¡cuántos más seamos, mejor! Te animamos a hablar con tu familia, amigos/as y vecinos/as sobre cambio climático y cómo conseguir que València sea más sostenible y agradable para todos y todas. También podéis organizar una visita al Observatorio del Cambio Climático para informaros.
Otra forma de reducir nuestras emisiones de movilidad es reduciendo nuestros desplazamientos. Si tienes posibilidad, teletrabajar y proponer videoconferencias en vez de reuniones presenciales puede hacerte ahorrar hasta 960 kgCO2 al año.