Una opción es organizar sesiones de formación para proponer alternativas de consumo responsable y de buena gestión de los residuos entre los y las empleadas. También se puede fomentar la organización de mercados de segunda mano en la propia entidad, para trabajadores/as, clientes y personas del barrio. Se puede llegar a colaboraciones con tiendas de reparación de electrodomésticos, ropa, tecnología... e implementar un sistema completo de separación de residuos.
Desperdiciar alimentos significa desperdiciar la energía, agua y recursos que se necesitaron para producirlos y transportarlos hasta nosotros. Para evitarlo, una entidad puede hacer diferentes acciones, como incorporar una compostadora para reciclar los restos orgánicos y utilizarlos en el jardín, u organizar una campaña de formación sobre cocina de aprovechamiento.
Para promover el consumo de agua del grifo y reducir el uso de agua embotellada podemos hacer diferentes acciones, como organizar charlas sobre los beneficios de no consumir botellas de agua, instalar fuentes de agua en nuestras instalaciones u ofrecer vasos, tazas, o botellas reutilizables a empleados/as, visitantes o clientes.
¿Por qué importar productos de la otra punta del mundo si podemos traerlos de más cerca? Comprando a empresas locales no solo reducimos las emisiones de efecto invernadero sino que reforzamos el empleo local.
Los consumos stand-by, fantasma o no útiles pueden suponer entre un 2 y un 10% del consumo de una casa. Poner regletas para ayudarnos a apagar varios aparatos cuando no los utilizamos o programar el router para que se apague cuando estamos durmiendo puede hacernos ahorrar hasta 26 kgCO2 al año.
Hay pequeños hábitos diarios que pueden hacernos ahorrar mucho dinero y energía, no sólo en nuestro lugar de trabajo sino en casa. Por ello, podemos organizar sesiones de formación sobre buenos hábitos energéticos, con el apoyo de la Oficina de la Energía.
El primer paso para reducir nuestro impacto en el medioambiente es calcular nuestra huella de carbono. De esta forma, podemos ver qué actividades o aspectos de nuestra entidad tienen un mayor impacto, para priorizar las soluciones y mejoras.
Además de calcular y reducir nuestra huella de carbono mediante todas las acciones listadas aquí, también podemos compensar las emisiones restantes que no hayamos podido eliminar. Para ello, prioriza los proyectos locales.
La Misión Climática es una misión compartida y colectiva. Necesitamos que todo el mundo participe y colabore. ¡Anima a otras personas y entidades a unirse a la Alianza!
Recuerda que los cambios colectivos tienen mayor impacto, ¡cuántos más seamos, mejor! Te animamos a hablar con tu familia, amigos/as y vecinos/as sobre cambio climático y cómo conseguir que València sea más sostenible y agradable para todos y todas. También podéis organizar una visita al Observatorio del Cambio Climático para informaros.
Una ciudad climáticamente neutra es una ciudad verde, con espacios agradables donde pasear, jugar y disfrutar. Para ello, podemos contribuir con un huerto en nuestras instalaciones o cubiertas, o ampliando y cuidando nuestras zonas ajardinadas.
Hay cambios que no se pueden hacer desde lo individual. Únete con las personas y asociaciones de tu barrio para pedir proyectos que transformen el barrio y lo hagan más sostenible, solo así se conseguirá una verdadera transformación de València en una ciudad climáticamente neutra, por y para las personas.
Nuestro dinero puede fomentar cambios importantes, para bien o para mal. Por ejemplo, podemos invertirlo en proyectos de energías renovables, depositarlo en bancas éticas que cuiden el medioambiente o donarlo a ONGs que luchen por un modelo energético más justo y sostenible.